lunes, 24 de enero de 2011

LOS COLORES DE LA TARDE

Son las siete menos cuarto de la tarde y, aunque ya están las farolas encendidas, la luminosidad tenue del cielo permite divisar la silueta de Sta. María de la Alhambra y ya iluminado para embellecer la noche el hotel Alhambra Palace.
Admirar los atardeceres en Granada son una buena terapia para sobrellevar el sinsentido, la razón de la sinrazón, que declamaba D. Quijote, con mas sentido común que el sinsentido actual. Bueno, volvamos a la terapia. Salir a pasear, un poco mas temprano, entre las cinco y media, seis, desde el final de la redonda, en su conjunción con el barrio del Zaidín y cogiendo la acera de la dcha. camino del palacio de Congresos, se disfruta del jardin con el que acaba el Violón y alzando la vista tenemos la Alhambra, la Fundación Rodriguez Acosta, los ya mencionados Sta. María y el Alhambra Palace, el Auditorio Manuel de Falla, todos ellos alfombrados y bordeados por el bosque de la Alhambra y conforme se va avanzando hacia el puente, emergen ante nosotros las dos torres de La Virgen de las Angustias. No debemos de olvidar volver la vista atrás, de vez en cuando, para no perdernos el color de las nubes con su variedad de tonos, al irse escondiendo el sol y como influye esto en le color de la piedra de los monumentos antes mencionados.

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